Segundo día a lomos de nuestras viejas clásicas de acero. Entramos en terreno desconocido para mi. Se trata de una zona por la que nunca he pasado y que desde Google Map prometía ser una ruta de las de medalla de oro. Y efectivamente así lo ha sido.
Terreno rompe piernas por carreteras con escasísimos coches. Remotas de todos lados. Por horas nos sentíamos que estábamos realmente en otra época, en periodo épico.
Hemos disfrutado como enanos. Creo que en ningún momento se ha borrado la cara de felicidad de nuestras caras.
Hemos sufrido un percance. Una avería que puede que trastorne el viaje. La cubierta trasera de mi bici durante nuestro paso por las empinadas rampas de piedra de Catalañazor ha rajado y presenta una deformidad exagerada con riesgo de rotura completa y correspondiente reventón. Tras unas ñapas y probar surte con la búsqueda de algún material o algo que sirva de refuerzo dentro de la cubierta, los dos Eduardos consiguieton de un abuelillo una cubierta antigua, que aunque era pequeña, nos sirve para poner dentro y evitar que la cámara salga por la raja y reviente.
Aún así existe riesgo de quedarme sin cubierta y por tanto sin rueda. Esperamos que el cambio de cubierta delantera por la trasera, liberando peso y presión, ayude a terminar con éxito nuestra aventura.
De momento el invento aguanta, pero ya vernos que tal va mañana.
Sois geniales!!! Ir a hacer la Eroica desde Madrid sobre las bicis clásicas y ataviados al efecto... Buenisimo!!!
ResponderEliminarMe encanta ver esas bicis que, a pesar de los años, siguen dandolo todo, y es que una bici de acero es para siempre. Yo también tengo una Peugeot de carretera, muy parecida a la blanca de las fotos, pero en versión femenina. Por lo que veo, parece un modelo anterior a la mía, debe tener algunos años mas, la mía es de 1990. Lo que me arrepiento es de haberla modernizado (de original solo tiene el cuadro), está bonita pero ha perdido ese sabor añejo que dan los componentes originales.
Os deseo mucha suerte en vuestra aventura!
Besos.