Muy atrás queda cuando salimos pedalendo juntos Conrado y yo en Tallin. Muchas carreteras, muchos kilómetros, muchas horas, muchos pensamientos, muchos paisajes y miles de sensaciones.
Ahora lo empiezo a echar en falta. De alguna forma es como una droga y genera adicción. Pero la paz que sientes durante el pedaleo no existe cuando vuelves a tu sitio. Es difícil de explicar. Estas tu, la bici y el medio, y con esas tres cosas son con las que convives y llegas a un equilibrio físico y emocional.
Siempre lo he dicho con esto del cicloturismo. La vida del día a día transcurre tan rápida que no nos da tiempo a meditartar sobre las experiencias y no nos da tiempo a saborear los momentos. No nos damos cuenta de que no lo saboreamos hasta que no tenemos tiempo para meditarlo y recrearse en lo vivido. La paz y sosiego que da el constante y monótono pedaleo hace que ahondes en tus pensamientos y analices lentamente, y con detalle, escenas vividas en un pasado más o menos cercano. De alguna forma es una meditación. Creo que la gente almenos una vez al año debería hacer esto. No se sí nos haría mejores personas, pero lo que estoy seguro es que te hace plenamente consiente de que estas vivo y de lo que vales, llenándote de fortaleza y riqueza emocional. Lo que podríamos llamar recargar las pilas pero de verdad.
Desde la soledad del ciclista de todos estos días, me gustaría agradecer este viaje a todos aquellos amigos, conocidos y en genral a todas las personas en las que en algún momento de la vida hemos compartido algo (aunque sea una mirada, una sonrisa o un incondicional interés), por haberme aportado tanta energia y haber hecho que haya llegado hasta donde he llegado con la bici.
Gracias de corazón a todos.
Muchos se preguntarán que por qué no seguir. Por qué no llegar hasta Madrid, mi casa? y mi respuesta es que podría haberlo hecho, pero cruzar España en este proyecto pierde mi interés en cuanto al reto social, cultural y lingüístico. Mi objetivo era sacar una experiencia emocional en el extranjero con todas las dificultades que conlleva estar fuera de casa con lo puesto y una bici y tus propios medios, y no tanto como un reto físico de haber quién hace más kilómetros. Con lo cual el objetivo no era llegar a un destibo fisico sino simplemente disfrutar del camino.
Agradezco a todos los que habéis tenido paciencia de seguir día a día nuestra aventura. Gracias a ello todos los días me esforzaba en crear un post y luchar para que se subiera a la red. Tarea en muchas ocasiones verdaderamente difícil por el cansancio y las incompatibilidades técnicas. Ahora simplemente puedo decir que ha merecido la pena.
Ruego me disculpéis sobre posibles errores y faltas en la redacción de las estradas. Tener encuenta que todas las entradas han sido realizadas desde el móvil como si de mensajes de texto se tratara. Espero haber transmitido la pasión y el entusiasmo con el que he afrontado este reto.
Hola Jero! He estado unos días perdida en la montaña (Picos de Europa), pero de verdad, sin móvil y sin Internet... Y ahora me conecto y me encuentro con tu último post del viaje... Reto conseguido!! Enhorabuena!! Gracias por compartirlo, es casi casi como si lo hubiera hecho yo también. Ha estado genial. Si ya andaba pensando en la idea de hacer un viaje en bici, ahora ya lo tengo claro: lo haré!
ResponderEliminarBesos.