Aquí unas fumarolas y olor fuerte a azufre (huevo podrido) dan al sitio un toque misterioso y extraño, como desolador, es como estar en una peli de ciencia ficción o después de un incendio.
Nuestra idea al tomar el autobús era bajarnos aquí e ir dirección sur pero el viento que sopla y tras conocer a una pareja de vascos que los rescato el bus tras estar varios días luchando contra el viento y contarnos que estuvieron todo un dia para hacer solo 12 km y es que el aire incluso andando les tiraba... Decidimos continuar con el bus hasta Geysir y plantarnos la ruta al revés.
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