Después de charlar y ponernos al día sobre un montón de cosas cenamos al lado de su casa un Flammkuchen, una especie de pizza fina con crema de queso y champiñones, bacon o lo que quieras, que tantas ganas tenía yo de volver a probar.
Ha sido genial tomar la decisión de venir hasta aquí. Pude descasar, relajarme y también disfrutar de una agradable compañía que me ha hecho recargar las pilas.
Otra sorpresa y coincidencia es que mis padres tenían un viaje programado en barco por el Rim desde Suiza hasta Holanda siguiendo el río aguas abajo, navegando por la noche y haciendo excursiones y visitas por el día. Casualidad de la vida el barco llegaba el martes a Mannheim y por la mañana visitaban Heidelberg a unos 25km de Mannheim. Con lo cual planifico quedarme un día más en Mannheim e ir al encuentro con ellos.
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